lunes, 8 de octubre de 2007

¿Me amas?

Introducción:
La semana anterior vimos lo que significaba seguir a Cristo y dejar que este tome el lugar que le corresponde (el primer lugar). Tomamos conciencia de que muchas veces “adulteramos” con nuestra pareja, familia, hijos e incluso nuestra propia comodidad, y relegamos a Dios. Tomamos conciencia de lo que significa el 1º gran mandamiento:

37 “Y El le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma y con todas tu mente. 38 Este es el grande y primer mandamiento.” (Mateo 22:36-37)

Este texto se explica en sí mismo, a Dios le debemos amar con todo nuestro corazón, con toda la mente y con todas nuestras fuerzas, hasta la fibra más íntima de nuestro ser, para luego poder amar a nuestro prójimo (nuestra familia, amigos y conocidos) como a nosotros mismos.

Hoy siguiendo una especie de continuidad con el mensaje de la semana anterior, vamos a analizar un texto muy revelador sobre una conversación entre Jesús y Pedro:

15 “Cuando terminaron de desayunar, Jesús le pregunto a Simón Pedro: -Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos? –Si, Señor, tú sabes que te quiero –contesto Pedro. –Apacienta mis corderos –le dijo Jesús. 16 y volvió a preguntarle: -Simón, hijo de Juan, ¿me amas? –Si, Señor, tu sabes que te quiero. –Cuida de mis ovejas. 17 Por tercera vez Jesús le preguntó: -Simón, hijo de Juan, ¿me quieres? A Pedro le dolió que por tercera vez Jesús le hubiera preguntado: ¿Me quieres? Así que le dijo: -Señor, tu lo sabes todo; tú sabes que te quiero. –Apacienta mis ovejas –le dijo Jesús”. (Juan 21:15-17)

Este es un relato más que interesante. Nos vamos a centrar en la pregunta que Jesús le hizo a Pedro tres veces: ¿me amas?

Lo Primero que podemos ver en este relato, es que Jesús no le pregunto a Pedro porque le había negado tres veces, o porque volvió a pescar; tampoco le pregunto porque no estuviste a los pies de la cruz cuando se apagaba mi vida, sino que sólo le pregunto si amaba SU PERSONA (¿me amas?).

Un dato interesante es el hecho de que Jesús llamo a Pedro por su antiguo nombre (Simón), el nombre anterior a su conversión y no por su nombre nuevo. Quizás para recordarle lo que Su Gracia había hecho por él. No lo sabemos exactamente.

El Señor Jesús condenso todo en una sola pregunta (que repitió tres veces) dejando ver con claridad que El esta en primer, segundo y tercer lugar. Enfatizo siempre lo mismo, la importancia del nuestro amor hacia su persona.

Lo interesante de esto, es que si Jesús hizo esta pregunta a Pedro con todo lo comprometido que este estaba este en el reino de Dios. Pedro, Santiago y Juan fueron los tres discípulos que estuvieron más cerca de Jesús, fueron testigos de milagros increíbles que no muchas personas pudieron ver, ellos contemplaron al Señor en el Monte de la Transfiguración y lo vieron en el Huerto del Getsemaní. Pedro mismo fue el único que camino por el agua, cuando fue al encuentro de Jesús esa noche. Entonces se desprende que: El amor hacia la PERSONA de Cristo puede NO EXISTIR en nuestros corazones. De hecho Judas (un discípulo de Jesús) estaba con Jesús pero su corazón no le amaba, es más la palabra dice que le robaba y fue quien le entrego por 30 piezas de plata. Es por eso que la pregunta de Jesús no debe sorprendernos.


En nuestros días muchas iglesias, ministros y hermanos en la fe están involucrados en cruzadas faraónicas, grandes empresas y programas muy ajustados, pero la pregunta de Jesús sigue vigente: ¿me amas? Veamos lo que dice la Biblia sobre esto:

“Ahora les voy a mostrar un camino más excelente. 1 Si hablo en lenguas humanas y angelicales, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido. 2 Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios y poseo todo conocimiento, y si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta amor, no soy nada. 3 Si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y si entrego mi cuerpo para que lo consuman las llamas, pero no tengo amor, nada gano con eso”. (1º Corintios 13:1-3)


Es más, muchos hacen “sacrificios descomunales” levantando la bandera del cristianismo, sin embargo muchas de esas proezas no tenían nada que ver con lo que había en el corazón de Dios. Un ejemplo de esto fueron “las Cruzadas”, “las guerras santas” entre otros. Cuando en realidad si tenemos una relación íntima con Dios sabemos lo que siente su corazón y que es lo que El quiere de nosotros.

El Amor es esencial. Nada puede compensar su ausencia.

Pedro, junto con el resto de los discípulos, estuvo en el mejor Seminario de la historia por tres años, con el mejor maestro y predicador que haya existido: Jesús; es por eso que antes de que el Señor partiera de este mundo se quería asegurar que Pedro estuviera listo para asumir los desafíos que requeriría la iglesia primitiva.

Para terminar quisiera que pudiéramos ver las palabras del Señor a la iglesia de Efeso, es más que ilustrativo lo que le dice:

2 “Conozco tus obras, tu duro trabajo y tu perseverancia. Sé que no puedes soportar a los malvados, y que has puesto a prueba a los que dicen ser apóstoles pero no lo son; y has descubierto que son falsos. 3 Has perseverado y sufrido por mi nombre, sin desanimarte. 4 Sin embargo, tengo en tu contra que has abandonado tu primer amor. 5 ¡Recuerda de dónde has caído! Arrepiéntete y vuelve a practicar las obras que hacías al principio. Si no te arrepientes, iré y quitaré de su lugar tu candelabro”. (Apocalipsis 2:2-5)


CONCLUSION:

Esta iglesia creciente, de trabajo duro y perseverancia, además no podía soportar a los que hacían el mal y habían puesto a prueba a los que se decían ser apóstoles y no lo eran. Seguramente si uno encontrara una congregación de estas características hoy, no sólo se haría miembro inmediatamente sino que le daría gracias a Dios por haberla puesta en su camino. Sin embargo al Señor tiene contra ellos algo personal, HABIAN DEJADO EL PRIMER AMOR, ya no le amaban como antes, seguramente ahora estaban muy ocupados en la doctrina, la obra, el calendario, los eventos, la multiplicación de las células. Lo más importante para Dios es que ames SU PERSONA.